miércoles, 3 de noviembre de 2010

La importancia de los dos años

La importancia y el valor que posee la educación infantil deriva del hecho de que constituye una etapa fundamental para el desarrollo de los niños y niñas de edades tempranas, al permitirles construir su personalidad, ampliar sus experiencias y favorecer su desarrollo social.
La participación en el ambiente escolar añade a las posibilidades educativas del entorno familiar estímulos y perspectivas diferentes al desarrollo de las capacidades de los niños y al contacto con otras formas  de comportamiento. La formación de la persona se inicia en estas edades con experiencias que se refieren al desarrollo físico, intelectual, afectivo, social y moral. Tales experiencias han de integrarse en un proceso educativo compartido por profesores y familias, en el que los niños y niñas aprendan a conocerse, a relacionarse con los demás a través de las distintas formas de expresión y comunicación, a observar y explorar su entorno natural, familiar y social; y en definitiva, a adquirir de manera progresiva un suficiente grado de autonomía en sus actividades habituales.
Junto a este valor educativo fundamental, no debe tampoco ignorarse que la escolarización temprana predispone favorablemente a los niños y niñas hacia el ambiente escolar y previene contra el abandono prematuro en las etapas posteriores del sistema educativo. la educación infantil contribuye así a la superación de las trabas derivadas de condiciones personales o sociales desfavorecidas, promoviendo una igualdad real de oportunidades.
Debemos tener en cuenta, de que si toda la etapa anterior a los seis años tiene una gran importancia, el ciclo de cero a tres resulta  un pilar fundamental en el proceso de desarrollo infantil y no puede por tanto ser ajeno a la concepción educativa del conjunto del sistema.

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